Me encantaría montar mi propio negocio

y ser dueño de mi tiempo…. 

¿Cuántos de vosotros no habéis soñado con esta frase alguna vez?

Pues yo era uno de ellos. Y aprovechando uno de esos trenes que la vida te pone por delante, hace años y después de muchos años trabajando para otros, decidí subirme a él y emprender mi propia aventura.

De café sabía más bien poco y de hecho, solo me gustaba tomar uno al día, con leche y mucho azúcar.
Vamos, que no me gustaba el café…

De gestionar un negocio, algo había aprendido durante mis años de directivo en grandes compañías, pero pronto me di cuenta de que esto no era lo mismo, y que esto iba de remar y remar, remar y remar….

Lo que sí tenía muy claro, es que no quería solo buscar un medio de vida, sino que esto debería ser mi modo de vida. Tendría que ser un proyecto que me ilusionara y que tuviera un propósito, que me animase en los muchos momentos en que esto no sale como uno espera, y que me diese fuerza para seguir y seguir hasta alcanzar mi sueño.

¿Y qué pasó?

Pues el método de prueba y error, eso sí con muchos errores, fue dando paso a más pruebas y menos errores. Una pandemia de por medio, y muchos momentos en los que veíamos que no llegaríamos a fin de mes, nos acompañaron varios años hasta que afortunadamente, el trabajo y la constancia fueron dando su recompensa, y gracias a que aparecieron en nuestro camino magníficos compañeros de viaje, las cosas cambiaron.

Ahora puedo compartir con todos vosotros que Debuencafé va viento en popa y es el resultado del trabajo y esfuerzo de mucha gente que hemos compartido la misma ilusión; que no es otra que hacer grande un proyecto que genera un impacto positivo y real en todos nosotros. Todo ello, gracias a que os estamos ofreciendo una alternativa de disfrutar de un producto que se consume todos los días y varias veces como es el CAFÉ.